Un estante te da más espacio y te permite tener las cosas a la mano. Al mismo tiempo que organizas, reflejas a los demás tu personalidad, lo que te gusta, lo que te interesa. Su profundidad es ideal para espacios pequeños. Es tan fuerte que puede aguantar una tele; además, es de dos vistas lo que te permite dividir dos áreas dentro de la misma habitación. Tú eliges, tú mandas.